La obesidad supone a menudo un obstáculo en la vida de aquellas mujeres que desean ser madres ya que afecta de diferentes formas y en diferentes fases relacionadas con la obesidad.
Para empezar en la concepción del bebé. Son muchas las investigaciones que demuestran que existe una relación entre los kilos de más y la infertilidad. No siempre, pero sí frecuentemente, el exceso de peso en la mujer trae consigo desarreglos hormonales de diversa índole que afectan a la fertilidad femenina.
Una vez superada la etapa de la concepción, el embarazo siempre va a ser más pesado y menos llevadero para una mujer con exceso de peso que para una mujer con un IMC saludable. Además el sobrepeso durante el embarazo se asocia a mayores posibilidades de sufrir diferentes riesgos, entre los que destacan:
. Mayor riesgo de padecer diabetes gestacional
. Mayor riesgo de padecer preeclampsia (presión arterial alta durante el embarazo)
. Mayor riesgo de padecer aborto espontáneo (antes de las 20 semanas) o nacimiento sin vida (cuando el bebé muere después de 20 semanas de embarazo).
En cuanto al bebé, se ha comprobado que la mujeres con obesidad tienen mayores posibilidades de tener bebés con problemas referentes al desarrollo del cerebro y/o médula espinal. Asimismo, las mujeres con exceso de peso suelen tener bebés más grandes con los riesgos que esto implica y mayores posibilidades de nacimientos prematuros.
Complicaciones en el parto:
Según un estudio (1), las mujeres con sobrepeso tienen un promedio de parto de 80 minutos más largo que las mujeres con un peso normal. En el caso de mujeres con obesidad la diferencia es de 105 minutos más. Además, las posibilidades de cesárea son mayores entre mujeres con exceso de peso que entre mujeres con un IMC saludable.
Por otro lado, diferentes estudios sugieren que los bebés de madres obesas son más propensos a padecer obesidad y enfermedades asociadas como la diabetes tipo 2 de adultos.
En definitiva, la obesidad no es una buena compañera si lo que perseguimos es un estado de salud óptimo. En el caso del embarazo también aumentan las posibilidades de que éste no sea tan saludable como esperamos. Por eso, si quieres ser madre y tienes un problema de obesidad lo mejor que puedes hacer por tí y por tu futuro bebé es tratar (con cierta previsión de tiempo) tu problema de obesidad.
(1): Según un estudio publicado en la revista Obstetrics and Gynecology.
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