La cirugía metabólica se refiere al tratamiento quirúrgico de la Diabetes Mellitus tipo 2 con técnicas propias de la cirugía de la obesidad.

Este concepto se origina tras comprobarse como los pacientes diabéticos operados de obesidad mediante un by-pass gastrico o una derivación biliopancreática mejoraban rápidamente (en días o pocas semanas) sus niveles de glucosa en sangre tras la intervención.

Hay estudios que demuestran que no es un efecto solo por la pérdida de peso, sino por la alteración del metabolismo de los azúcares que implica la exclusión del duodeno y parte del intestino delgado del paso de los alimentos. De esta forma, se empiezan a usar las técnicas quirúrgicas para la obesidad como tratamiento de la diabetes tipo II, incluso en pacientes sin obesidad mórbida.

Las técnicas restrictivas (banda gastrica, gastrectomía tubular) consiguen una curación de la diabetes en un 40-60 % de los pacientes (efecto solo por la pérdida de peso), mientras que en las técnicas mixtas y malabsortivas(by-pass gastrico o derivación biliopancreática) este porcentaje aumenta al 80-100 %.

Se cree que los cambios anatómicos de la cirugía (exclusión al paso de los alimentos de duodeno y primera porción de intestino delgado, llegada más rápida del alimento al intestino distal) producen la secreción de hormonas que estimulan la secreción de insulina por el páncreas y aumentan la sensibilidad o efecto periférico de la insulina.

La cirugía metabólica se constituye a partir de una reunión de expertos en Roma en 2007 y una posterior en 2008 en Nueva York, donde se establecen los criterios de selección, es decir, que pacientes diabáticos podrían beneficiarse de una intervención.

Los mejores resultados se obtienen en pacientes con diabetes tipo II o del adulto con cierto grado de sobrepeso u obesidad (mejores resultados en IMC > 30 que entre 25 y 30), con menos tiempo en tratamiento con insulina y con una evolución de la diabetes menor de 10 años, ya que es estos casos aún queda reserva pancreática de células beta (productoras de insulina). Esta reserva se puede cuantificar mediante una analítica de sangre, midiendo los niveles del péptido C pancreático, que debe ser mayor de 1 ng/ml.

Recientes estudios publicados en la prestigiosa publicación médica New England Journal of Medicine demuestran que el tratamiento quirúrgico es superior al tratamiento médico y dietético en el control de la diabetes.

Se abre pues un camino nuevo muy prometedor para la solución definitiva de una enfermedad crónica como la diebetes que ocasiona alteraciones a la larga en múltiples órganos (retinopatía, afectación renal, cardiaca, cerebral, circulación, etc).

En resumen, podemos decir que hoy podemos ofrecer a pacientes seleccionados con diabetes mellitus, aún sin ser obesos mórbidos, un posibilidad de cura definitiva o mejoría notable de su enfermedad mediante un intervención quirúrgica.

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